Monitor del Mercado Laboral - Cuarto Trimestre y Cierre Anual 2018 - 1ª Parte

Demanda Global 

• En 2018, la demanda laboral tuvo una caída de 20,8% en relación a 2017. La brecha interanual se quintuplicó con respecto a su registro previo, que fue de -4% en 2017. Entre este año y el anterior, la demanda laboral había permanecido relativamente estable, en alrededor de 16.000 oportunidades de empleo. En 2018, se contaron 12.700 vacantes en las fuentes relevadas por Advice.

• El ritmo de contracción de la demanda laboral fue en aumento a medida que transcurrió el año, haciendo una oposición diametral a la tendencia observada entre 2016 y 2017, cuando la brecha interanual se redujo progresivamente. En el primer semestre de 2018, el volumen total de vacantes de empleo disponibles estuvo un 17,4% por debajo del valor del primer semestre de 2017. En el segundo semestre de 2018, la diferencia aumentó a un 24,6% en relación al segundo semestre de 2017. (Ver imagen 1) 

• En el cuarto trimestre de 2018 se completaron cinco trimestres consecutivos de caída interanual de la demanda laboral, desde el crecimiento de 7,5% que se registró en el tercer trimestre de 2017.

• El cuarto trimestre de 2018 constituye el registro más bajo de la demanda laboral en volumen de vacantes desde el comienzo de este estudio. Se contaron 2.870 oportunidades de empleo publicadas en los medios relevados por Advice, y diciembre puntualmente tuvo el registro mensual más bajo.

• Pese a posicionarse a un nivel inferior al de 2017, en 2018 la demanda laboral tuvo un comportamiento mucho más estable en contraste a las oscilaciones que se produjeron el año anterior. La mayoría de los registros mensuales mostraron una variación inferior a un 10% en relación al mes anterior. Cinco meses registraron un incremento de la demanda; otros cinco registraron una caída, y en los dos restantes, permaneció estable. (Ver imagen 2)

• La caída anual de la demanda laboral acompaña la situación de la economía del país, que en 2018 se vio estancada. El crecimiento del PBI nacional mostró una evolución desfavorable en el transcurso del año, ya que en el primer trimestre tuvo un crecimiento muy moderado, y en los trimestres segundo y tercero, el crecimiento se detuvo totalmente. Las estimaciones que se manejan para el cierre del año son de un crecimiento menor que el de 2017, dando continuidad al proceso de desaceleración que ha experimentado la economía nacional en los últimos años.

• Los sectores económicos más fuertemente ligados al empleo experimentaron una recesión, y los estudios más recientes muestran un amplio deterioro de las expectativas empresariales en cuanto a la economía del país, al nivel de actividad de sus propias empresas y a la proyección de realizar contrataciones durante el próximo año.

   

  Proyecciones 2019

• El escenario que se plantea a comienzos de 2019 es indiscutiblemente uno de los más complejos que se han visto en los últimos años. Que el estancamiento económico continúe en 2019 y el crecimiento sea incluso inferior al que se registró en 2018, son las probabilidades que se manejan actualmente al respecto de la economía del país, y no se espera un impulso desde el contexto regional.

• Desde 2012 la demanda laboral se encuentra en un proceso de desaceleración que se ha comprobado de manera consistente al final de cada año. En 2018 se registró una caída no solo del volumen de oportunidades de empleo, como podía esperarse de acuerdo a tendencia, sino de una ampliación de la brecha interanual, denotando que el ritmo de la desaceleración se hizo más pronunciado. Desde esta perspectiva, las estadísticas muestran una tendencia clara en sentido negativo (ver imagen 3).

• Por otra parte, la brecha interanual solo puede continuar ampliándose hasta cierto punto antes de tocar un piso. Hay que tener en cuenta que las vacantes de empleo no se generan exclusivamente por un crecimiento de la actividad económica sino por la propia dinámica del mercado laboral, en la que es normal un determinado nivel de rotación y una demanda laboral destinada a cubrir cargos que ya existen y son esenciales para mantener el funcionamiento de las organizaciones.

• Repasando la evolución de la demanda laboral desde el comienzo de 2017, notamos que las cuatro veces que el nivel de la demanda laboral cayó por debajo de las 1.000 vacantes mensuales, se recuperó inmediatamente, retornando a un valor superior. Esto podría indicar que el volumen de oportunidades de empleo disponibles haya llegado a un nivel del que no puede bajar pese a las pocas expectativas que tengan los empresarios de ampliar sus planillas.

• Desde esta perspectiva, si bien la evolución de la brecha interanual hasta ahora ha mostrado una tendencia a ampliarse, no sería de extrañar que en el transcurso de 2019 se estabilice o incluso descienda. Es decir, que en 2019 la demanda laboral tenga un nivel más similar al de 2018 en comparación a la distancia que separó a este último año con respecto a 2017.

• En conclusión: cabe esperar una continuidad del proceso de desaceleración que atraviesa la demanda laboral desde el año 2012, con una brecha interanual que probablemente se modere, pero permanezca siendo negativa con respecto a 2018.