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Solo en el mes de julio se perdieron más jornadas laborales que en todo el primer semestre de 2017 por concepto de conflictos y enfrentamientos entre empleados y empleadores. Alrededor de 404 mil trabajadores se involucraron en las movilizaciones que se tradujeron en una pérdida de 402 mil jornadas laborales, según el Informe de Conflictividad Laboral de julio de 2017, publicado por el Instituto de Relaciones Laborales. En el primer semestre habían sido 342 mil jornadas laborales perdidas, lo cual ya implicó un aumento de 40% con respecto al primer semestre de 2016. El paro general realizado el 20 de julio, que fue de 24 horas y contó con amplia adhesión de los trabajadores, contribuyó a “disparar” el Índice. Pese a todo, el Instituto proyecta que, al finalizar este año, la conflictividad laboral haya sido menor que en 2016.

Fuente: Informe de Conflictividad Laboral del Instituto de Relaciones Laborales, Universidad Católica del Uruguay, relevado por Ecos Uruguay.

Ningún sector de actividad en Uruguay escapa al desafío de los cambios tecnológicos en el mediano plazo, según reveló un nuevo estudio al respecto de la inminente robotización del trabajo. Las áreas de actividad más “amenazadas” por esta son la agricultura, caza, forestación, silvicultura y pesca, que tienen un 82,2% de probabilidad de que los empleos sean reemplazados por medios automáticos o robots. Le siguen el comercio (80%), las actividades financieras (79%) y los empleos en hoteles y restaurantes (76,3%). La industria y la construcción vienen después, con 74,8% y 72,5%. Las ramas de actividad donde la probabilidad de reemplazo tecnológico es menor, aún se ubican por encima del 50%. Estas son las comunicaciones y “otras actividades de servicio”. El estudio también reveló una mayor probabilidad de reemplazo tecnológico en los hombres (69,2%) en comparación a las mujeres (64,1%). Se encontró, por otra parte, una fuerte correlación entre la probabilidad de reemplazo tecnológico y nivel educativo de los trabajadores: a menor nivel de formación, mayor riesgo de extinción frente a la robotización.

Fuente: estudio “Innovación y habilidades en América Latina”, de Diego Aboal y Gonzalo Zunino (Centro de Investigaciones Económicas), publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La fuerza de trabajo habrá crecido en un millón de personas para el año 2030, de acuerdo a un reciente informe del Banco Mundial. La economía paraguaya deberá expandirse un promedio de 3,7% y crear 72.000 puestos de trabajo por año para que el mercado laboral pueda dar cabida a esa cantidad de personas. Las expectativas son altas para la economía y la demanda laboral, aunque parten de un buen desempeño del mercado en los últimos años: la productividad ha aumentado a un ritmo de 2,3% anual y los salarios han crecido, aunque con disparidades entre géneros y sectores de actividad. La formalización del trabajo, entretanto, es uno de los principales desafíos del país, resalta el informe, ya que a pesar de que la creación de empleo formal aumentó un 68% entre 2008 y 2015, el empleo informal también creció, un 32%. El sector del comercio lideró la creación de empleos entre 2001 y 2015, con un 40% de los nuevos puestos generados; los servicios públicos y la industria manufacturera le siguieron, con 20% y 13%.

Fuente: Informe “Diagnóstico del empleo en Paraguay”, del Banco Mundial, relevado por Última Hora.

Las cámaras legislativas de Paraguay aprobaron un proyecto de Ley que establece la declaración de un Día de Inclusión Laboral para Discapacitados, que será el 20 de mayo a partir de 2018. Esta iniciativa surge para “concientizar que el empleo es un derecho humano y tiene que ser dado sin ningún tipo de discriminación por género, edad o discapacidad”, en palabras de Enrique López Arce, Director General de Empleo del Ministerio de Trabajo. Agregó que “las personas con discapacidad quieren una oportunidad […] son personas valiosas que aportan ejemplo, responsabilidad y mejoran el clima laboral en las empresas”. Las ferias de empleo y capacitaciones especiales son iniciativas que antecedieron esta Ley, que busca dar una mayor visibilidad al tema y multiplicar este tipo de actividades. Paraguay es apenas el tercer país de habla hispana en promulgar un Día Nacional de Inclusión para Discapacitados, después de México y El Salvador.

Fuente: La Nación (Paraguay).

La proporción de jóvenes que no estudian ni trabajan es significativa en Latinoamérica y el Caribe, y Uruguay está entre los 10 países con mayor proporción de este grupo de población, ocupando el décimo puesto, con un 19,1%. Los primeros 9 países son: República Dominicana, Jamaica, Las Bahamas, Puerto Rico, Guyana Francesa, Guyana, Belice, Argentina y Costa Rica. El tema es actualmente uno de los de mayor preocupación en materia laboral, y es de escala global, abarcando también a los países desarrollados. Casi un 25% de los jóvenes entre 15 y 29 años de edad son considerados “ninis”, y la proporción tiende a crecer: las proyecciones apuntan a que solo encontrarán empleo un 40% de los 1.000 millones de jóvenes que entrarán en el mercado laboral en la próxima década. La calidad del empleo y los salarios son el siguiente factor a considerar: un 37,7% de los jóvenes que cuentan con empleo en la actualidad, viven en situación de extrema pobreza.

Fuente: datos del Banco Mundial y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), relevados por Alto Nivel.

Las revoluciones tecnológicas han creado más puestos de trabajo que los que han destruido. Tal es la conclusión de un relevamiento de 140 años de datos del mercado laboral registrados por el censo de Inglaterra y Gales. Si bien los cambios en la manera de producir han destruido varios tipos de empleo, la tecnología en general ha aumentado el poder de consumo de las personas, creando mayor demanda y, por consiguiente, más empleos en nuevos sectores. “La tendencia dominante es una contracción del empleo en la agricultura y la manufactura, compensado por un rápido crecimiento en los sectores de la salud, educación, tecnología y servicios creativos y de negocios”, señala el relevamiento. Por ejemplo: en 1871, un 23,7% de los trabajadores estaban abocados a tareas de fuerza física como la construcción y la minería; en 2011 eran menos de la mitad: un 8,3%. En contraste, los trabajadores en los sectores de salud, educación y cuidados del hogar, eran solo un 1,1% en 1871, multiplicándose por 11 hacia el año 2011, cuando eran 12,2%. Los datos del estudio llegan hasta el año 2015, pero fueron recientemente traídos a la luz gracias a la posibilidad de analogar el estudio en otros países, en el contexto de una reactivación del debate sobre el futuro del trabajo.

Fuente: The Guardian